sábado, 9 de noviembre de 2013

Puntos de Vista

Luchas interminables, derivadas en conflicto trascendental para la vida de algunos, de varios, de muchos de acuerdo a quien lo vea o los beneficios que estén en juego. Unos acusan a otros de darse vuelta mientras que aquellos reivindican lo que criticaran hace pocos días atrás. Qué raro pareciera ser todo en este país, como cambian los pensamientos siempre manejados a conveniencia del mejor postor.
          
Todo el mundo pendiente de un fallo que ubicará a la Corte en distintos lugares. Pactos espurios, de una corte independiente o una sojuzgada por el Gobierno o por los poderes económicos concentrados (definición muy utilizada por el sector más recalcitrante del mundo virtual oficialista).
En el medio de todo esto una operación de la que también surgen millones de teorías, de supuestos, de nuevas enfermedades, incluso de supuesta muerte y resurrección, dije resurrección no re-re-re-re-reelección. Caída de una tormenta los aduladores de siempre, haciendo de esto una epopeya en donde su líder batalla contra todos los males y los imperios que buscan destruirla, instalan una figura impoluta donde el pecado y los vicios solo se desplazarán en su entorno pero sin manchar jamás su imagen. Raro ¿no?, manejar en los más altos cargos figuras ilusorias, posturas insostenibles y relatos impracticables.

Pareciera que tenemos la obligación de ponernos de un lado de la historia, pero antes que eso, surge un análisis que considero incluso más importante que cualquier otro, o quizá solo pueda encolumnarse en el lugar de simple apreciación. El foco está centrado en si esta bendita ley tiene como principal motivo de ser destruir a un grupo de medios, pero ¿resulta eso algo importante o relevante? Desde ya que no pasará inadvertido por su influencia en el mapa mediático con el que cuenta hoy la Argentina, pero el punto de inflexión es analizar si esta ley es buena, es aplicable, es justa y es beneficiosa para la sociedad en la que vivimos. Entonces, ¿importa el motivo que llevó a la conformación y votación de la misma? Creo de manera total que no, el estímulo para su redacción pasa a ser anecdótico, porque al fin y al cabo lo que quedará es esa ley, lo que la incitó podrá desfigurarse con el correr del tiempo e incluso vivir en las cercanías de leyendas urbanas mas que en hechos concretos que así lo atestigüen.

Bien, un tema de fondo ya fue expresado, claro o no, dependerá de quien lo analice. Ahora, el tema determinante una vez establecida la constitucionalidad de los artículos conflictivos es la aplicación de la ley. Esto toma un carácter tan importante como la ley misma, este proceso no es irrelevante como lo era el motivo fundador de la norma. Aquí es donde nosotros como ciudadanos, en especial los que militamos en algún partido pero fundamentalmente los políticos, los que estén ocupando un cargo actualmente o no; deben prestar un profundo seguimiento del proceder en la aplicación de la normativa. Conocemos ciertos manejos o mecanismos que utilizan los sectores mas cercanos y el gobierno en si, no pretendo hacer de este escrito una búsqueda de establecer o de querer sugerir alguna falta de libertad de expresión porque considero que no se sucede en estos tiempos; pero  resulta determinante evitar y resaltar cualquier abuso o decisión parcial que se pueda tomar por parte del organismo de aplicación.

Aquí surge el tercer punto que se ha venido fijando en estas últimas semanas sobre la parcialidad por parte de quien esta comandando el AFSCA. Esta por demás explícito que Martín Sabbatella forma parte del brazo del Frente para la Victoria, entonces desde que lugar podrá establecer la legitimidad de los planes de adecuación sin tener cierto prejuicio ante los embates de los medios opositores. Empiezo a dudar de su capacidad para discernir, cuando recientemente ante una muy interesante entrevista de María O`Donell expresaba con total seriedad que canal 7 era plural y que los políticos opositores al gobierno podían expresarse libremente en este canal, además de resaltar que 678 solo muestra una opinión y  no actúa de manera despectiva y agresiva con cualquiera que cometa la osadía de no estar de acuerdo con el accionar de la presidente de la nación y todo su séquito.

Por eso quiero dejar bien en claro mi posición, creo que era necesaria una ley de medios en virtud de la antigüedad que revestía la anteriormente vigente, afirmo que el motivo que la generó no es de los mas nobles pero esa motivación no es determinante si el resultado es una normativa positiva. Pero creo, afirmo y ruego que pongamos fuerte foco en como será llevada a cabo la puesta en marcha de esta ley, no podemos darnos el lujo de permitir que una sola mirada del país se imponga, permitiendo tergiversar todos los temas y los hechos que se suceden. No quiero solo la visión de pagina 12 o de 678, tampoco quiero que Clarín decida por encima de mis deseos. No quiero pasar de un “monopolio privado” a otro manejado por el gobierno, quiero mas voces pero de todos los sectores no solo de los afines. ¿Será mucho pedir? Lo único que se y que remarco es que si bien uno solo no podrá hacer grandes cambios debemos estar atentos al camino que pueda tomar este país en cuanto a los medios de comunicación y que el acceso a la información es fundamental para comprender lo que pasa en nuestro entorno, para saber el futuro que buscamos y determinante a la hora de decidir quien queremos que dirija el destino de nuestra patria. Solo el tiempo nos permitirá saber que cambios se darán y el único deseo que me abraza es creer fervientemente que todos podremos seguir expresándonos con las ideas que tengamos y con la visión que pensemos sin el mas mínimo temor de represalias que nos puedan caer, este es el camino para crecer, escuchando las diferencias, debatiendo las ideas y construyendo probablemente un país mejor. Tolerancia señores, esta patria es de todos no solo de quienes están en el poder (que cada uno interprete lo que significa y quien tiene el poder)...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Solo Quisiera Despertar



                Las pesadillas tienen la contemplación de ser parte del inconsciente de uno, son despojos de los peores temores del alma que se ven reflejadas en imágenes tortuosas del lado más oscuro del corazón. En lo más profundo del ser uno desea que nunca se transluzcan en la realidad porque parecieran ser un sendero plagado de circunstancias que no lograrán ser superadas.
                Pero hoy no puedo hacerme merecedor de tal privilegio, lo que jamás hubiera deseado lo tengo que sufrir en carne propia sin la menor posibilidad de encontrarme en un estado soporífero. Todo aquel temor que siempre trate de esquivar se hizo presente y atacando de manera furtiva lo más profundo de mí ser. Estoy por demás convencido que hice todo lo posible porque esto sucediera, uno en su afán de querer conquistar sus más preciados logros comete errores por demás involuntarios, pero que terminan por derrumbar cualquier estructura que haya podido diseñar. Y ahora aquí me encuentro con mi vida pendiendo de hilos frágiles y que parecieran deshilacharse con cada segundo que pasa. Mis fuerzas, otrora turgentes y furiosas, se desploman cual castillo de naipes. Un ánima errante es el reflejo de mi alma y de mi persona. Me encuentro vagante por las calles de una ciudad que me desconoce y yo desconozco, pareciera ser otro el mundo que recordaba, ahora envuelto en penumbras y nieblas eternas.
                ¿Qué hice para merecer este dolor? ¿Qué hice para tener en mi espalda esta cruz, que en los primeros pasos que intento dar pareciera contener el odio y la bronca de la persona que mas amé? ¿Cuál es el escape de esto? Por favor Dios, despiértame de este lugar mísero y siniestro en el que no logro otra cosa que adentrarme más y más a cada momento que pasa. Pereciera ser ya demasiado tarde para hacerme cargo de mis errores y mis carencias, ya es tarde para redimirme de todos mis pecados. Pero no puedo soportar este dolor que me aqueja…
                Nunca pensé que pudiera amar tanto, nunca pensé que pudiera lastimar tanto a quién hizo de mi corazón su eterna posesión. Lo último que hubiera deseado era dañarla  y lo hice como solo un asesino de ilusiones podría hacer. Te imploro Dios, pídele el perdón que no me concedió, dile que mis penares son los ella, que los azotes que recibo son sus miradas distantes y ajenas. Ya nada puedo hacer, nada más que esta despedida. Estas palabras se perderán en el tiempo como se perdió todo lo que con ella quise tener.
                Si esta confesión no llega a sus manos, te ruego Dios que me permitas una última visita a su corazón, donde pueda decirle, dejando de lado los rencores por los cuales me detesta y de los cuales soy tan merecedor, que solo a ella quise amar, solo a ella quise escuchar, solo al lado de ella quise morir. Pero nada de esto podré lograr, por eso acá término con el recuerdo de su perfume, con el deseo de ver otra vez sus ojos iluminados por la más cálida de las luces que en su alma pude encontrar, por eso en mi cobardía termino mis días sin tenerla, sin acariciarla y sin poder decirle al cruzarse nuestras miradas cuanto la amaba, cuanto significaba para mí y lo mal que hice cada una de las cosas que intenté por ella. Ni siquiera en el recuerdo de mi cuerpo ya inerte lograré que encuentren virtudes de mi persona, pero espero que en el fondo de su alma pueda atesorar alguna bondad que por error haya podido inspirar.
                Este es el final que jamás hubiera creído, pero el que aquí me gano. Amé como nunca, nunca pude demostrarlo y ella jamás podrá saberlo.


 Esta carta fue encontrada dos días después de la muerte de Ignacio, fue colocada en el centro de una mesa preparada para dos personas pero que no tenía rastros de haber sido escenario de una cena. Su cuerpo yacía tieso, pálido y con rastros del tiempo transcurrido, pero su rostro reflejaba una tranquilidad como quién después de mucho tiempo logró conseguir esa paz que tanto anhelaba. Luego de intensas investigaciones no se logró dilucidar cual fue el método utilizado pada lograr tal final, pero la calma en la cual murió en ese cómodo sillón y con su cuerpo enfocado hacía esa ventana que permitía observar el infinito cielo, demostró para todos aquellos testigos de esta escena que su dolor había terminado, y de esa pesadilla, por fin había despertado.

jueves, 15 de agosto de 2013

Desde el otro lado



La jornada había sido larga y desgastante, la caída del sol anunciaba el tan preciado cierre de una elección que en los sueños parecía no verse tan alejada de la realidad. Los últimos votantes sopesaban las duras miradas de las autoridades de mesa que en su pensamiento reproducían cientos de agresiones hacia aquel pernicioso engendro de los horarios electorales.
               En el abrir de las urnas se intuía que aún formaba parte una tarea que nos requeriría el último rastro de fuerzas que a esas horas se podía presentar, pero resultó ser más simple y rápido de lo que hubiéramos esperado. Los resultados animaban el espíritu, las mesas no distaban demasiado unas de otras en cuanto a los números que se plasmaban en las planillas, en el camino se oían inocentes cargadas entre los fiscales de los distintos partidos pero solo para matizar la ya entrada noche.
               Conseguidas las firmas de todos los presidentes de mesa, con sus disimiles estados de ánimo ante tal requerimiento, solo restaba el saludo protocolar con el resto de los fiscales y demás autoridades, en esa relación indefinible que se logra después de pasar más de doce horas en un lugar.
               Pero todavía el cuerpo me ofrecía una tregua, permitiéndome de esta forma encontrarme en el comité con una enjundia inesperada e impredecible ante la ausencia de energías reales en mi cuerpo. La noche me deparaba otras emociones distintas a las vividas en mis tres décadas.
La ceremonia parecía inaugurarse con el levantar de la persiana que al menos esta vez no tenía en sus intenciones traernos demasiadas complicaciones. La llegada de los que habían fiscalizado acarreaba en sus rostros una intrépida mezcla de cansancio, euforia, esperanza e ilusión que nos envolvía a todos en un bullicio de voces inconexas que trataban de contar sus experiencias al mismo tiempo y sin un orden lógico. El comité comenzaba a irradiar un brillo propio totalmente independiente de las luces artificiales, fomentado en las energías de creer que un partido centenario, al borde del abismo varias veces, que muchos decían haber asistido a su funeral, figuraba nuevamente en la consideración de cientos y miles de argentinos.
El televisor acompañaba los festejos, sumando de manera continua noticias que generaban en los espectadores risas, cánticos y demás motivos de algarabía. Una vez todos presentes, unificada la información a través de las planillas electorales solo nos restaba la última escala para conmemorar lo que para muchos significa el comienzo de un nuevo espacio, de una nueva construcción y quien puede contradecirme de manera fehaciente al decir que esto puede implicar el inicio de una nueva etapa en nuestro país, descartando de manera fáctica esa aciaga idea de creer que hay que destruir todo lo que se haya hecho pero con la firme convicción que se sustenta en saber que hay mucho por cambiar y por hacer. Esa escala que restaba era nuestra presencia en el bunker designado para la lista ganadora y hacia allí nos dirigimos, de la manera que podíamos, con los medios que estaban al alcance pero sabiendo que el final del día nos tenía que encontrar allí.
Los cánticos de la Cantera Popular y del Radicalismo me fueron guiando sin la necesidad de conocer la correcta dirección a donde debía asistir, mucha gente se agolpaba en la calle custodiada por los móviles de los distintos canales, los encuentros entre los distintos integrantes de los comités, representados en abrazos con fuertes palmadas en la espalda fomentaban la festividad reinante. La entrada se tornó lenta por la gran cantidad de gente, en las escaleras los gritos de cancha daban por bendecida la ceremonia que se direccionaba hacia un salón muy coqueto pero en donde lo más destacable eran las distintas agrupaciones que con sus diversas idolatrías sabían que el festejo era de todos.
La lluvia de papelitos anunciaban a viva voz la presencia en el escenario de todos los candidatos, el estallido de las gargantas en pos de sus favoritos generaban un griterío imposible de clarificar, pero nada importaba, solo saber que el frente que se había conformado, con la sumatorio de varios partidos y voluntades había arrasado en la capital y todos nosotros éramos testigos y partícipes de eso.
Para ordenar  tanto entusiasmo el locutor dio por iniciada la presentación de los candidatos dándoles la posibilidad de comunicarse con los militantes que tanto deseaban escuchar sus palabras después de la jornada vivida. Ante los anuncios de cada uno se vislumbraba la exaltación de los propios militantes tratando de elevar la figura del político al que han acompañado en la campaña. Al cerrarse el acto con la alocución de la lista ganadora la salida empezaba a demarcar el final de aquel gran día.
Mi cuerpo empezaba a marcarme el cansancio, por lo que me vi en la obligación de cerrar la jornada y retornar a mi casa con una profunda satisfacción por todo lo conseguido. El correspondiente saludo fue la despedida de mis compañeros y la cercanía a la parada de colectivo daban por hecho que aquel largo día ya debía ser recordado como parte de mi pasado.
Habiendo pasado  un par de días puedo sacar algunas conclusiones distintas de las que se pueden escuchar en los diarios y en los canales de televisión, algo más vinculado con lo que me pude llevar desde lo personal, las experiencias escuchadas, las vivencias compartidas, los sentimientos exultantes. Hay palabras, miradas y gestos que uno guarda de estas experiencias y que te ilustran los momentos vividos. Entre los brindis que se multiplicaban en el comité recuerdo frases tales como: “en el 2001 contabilizaba 5 o 6 votos para el radicalismo”, hoy podemos hablar de mesas y mesas ganadas por la UCR. La ilusión se hizo presente y se apoderó del espíritu de todos. En lo que a mí respecta fue la primera vez que pude ver una elección desde el otro lado, siendo partícipe de la misma, colaborando para un objetivo para el cual muchos de los chicos que forman el Illia dedican horas, esfuerzo, creatividad y empeño, por lo que ellos merecen festejarlo de verdad. Si desde mi pequeña participación me siento tan reconfortado de lo obtenido, si desde mi reducida colaboración me siento parte de esta búsqueda, de esta campaña y de esta elección, entonces, encontraré multiplicada esta felicidad y esta esperanza de un mejor futuro en todos estos compañeros del Illia que, con total merecimiento, pueden ver retribuido su máxima dedicación en los resultados obtenidos y en el proyecto que se vislumbra a futuro y en el que cada vez son más los que se quieren sumar.
Solo me resta agradecer por formar parte de esto y en mi pequeña parcela, sentirme gratificado pero sintiendo febrilmente que esto recién empieza y que el camino por desandar es mucho, pero las ganas están más presentes que nunca.

lunes, 5 de agosto de 2013

Personalismo



En los últimos doce años se fueron fortificando en la sociedad ciertos clichés que surgen de manera inexorable ante la cercanía de las elecciones sean estas presidenciales, legislativas o de cualquier tipo. Uno de ellos es la falta de representatividad que surge en la gente ante el reflejo de los candidatos, veremos cómo frase siempre armada que el pueblo en general se ve fuertemente desamparado ante las posibilidades o las opciones a la hora de definir su voto. Este argumento puede parecer por demás firme y suficiente, pero también nos permite eludir rápidamente la responsabilidad que nos compete a todos. Es decir, podemos aferrarnos a que nadie cumple con nuestras expectativas y de esta forma tomar como elección quien mas simpático nos caiga, desconociendo ideales, propuestas, valores y todo tipo de factor determinante para el futuro que ese candidato pueda brindar. O hacer de las elecciones un ejercicio a conciencia, tomar nuestras obligaciones como tales y volcar un poco de responsabilidad a semejante acto. No propongo realizar un estudio exhaustivo de cada uno de los candidatos, conocer cada uno de sus pasos históricos ni tampoco indagar a qué grupo sanguíneo corresponden, solo estar al tanto de las diversas opciones y qué pueden llegar a implicar sus propuestas e ideologías.
Haciendo un rápido pasaje por los diferentes candidatos me encuentro con una situación que puede darse por particular o simplemente una articulación más del entramado electoral.  Los partidos que representan a los oficialismos han optado por prescindir de las posibilidades y de las aptitudes de sus candidatos para darle máximo protagonismo a quien ejerce actualmente el cargo, sea a nivel nacional o provincial. Esto puede exponer tres situaciones:
Primero, queda claro que tanto la Presidente así como el Jefe de Gobierno tienen más posibilidades y oportunidades de encubrir la difusión de candidatos en el transcurso de un acto de gobierno, permitiendo de esta manera aumentar de manera exponencial la presencia de estos candidatos en los medios y a la vista de las personas.
Segundo, puede suscitarse cierto nivel de desconfianza en el desempeño que puedan mostrar estos candidatos, pueden encontrar ciertas falencias en sus bases permitiendo que peligre el discurso armado dando por tierra los intentos de supuestos proyectos que pretenden instalar.
En base a esta segunda situación es que el oficialismo pone como principal eje de campaña a los representantes de los cargos públicos. De esta manera me permito exponer la tercera situación, conocida como personalismo. En este punto quiero situarme para explicar que ciertas estructuras de poder que parecieran contar con sólidas bases tienen como único sustento la presencia y la conducción de una persona, estos casos pueden reflejarse tanto en el Frente para la victoria como en el Pro. Es decir, ambos partidos encuentran su razón de ser en el liderazgo de Cristina Kirchner en un caso y de Mauricio Macri en otro. Para muchos esto podrá o no ser importante pero tomemos en cuenta lo siguiente:
¿Cómo se puede establecer la visión de un proyecto de país a largo plazo si todo está circunscripto a lo que una persona pueda hacer en el tiempo que se le permite estar al frente de determinados cargos públicos? Esa representación sustentada en una persona lleva a que sus seguidores defiendan muchas veces sin juicio alguno cualquier iniciativa montada por su líder, entonces, ¿Cómo podrán sus seguidores diferenciar si su líder se ha bifurcado en distintos caminos de los originalmente planteados? Esto impide la gestación de un proyecto ya que el futuro se ve determinado por el humor y el pensamiento circunstancial del mandamás del partido. Se establecen pasiones, amores y odios que no responden a pensamientos políticos, a teorías macroeconómicas ni a ideales de inclusión o mejor distribución de las riquezas. Todo se vuelca hacia la pasión desmedida, se vislumbran frases en el aire viciado, deseando la muerte antes que otro político en los balcones presidenciales. Y en esa  vorágine nos volvemos polvo, nos resquebrajamos como pueblo, nos odiamos con nuestro prójimo, nos separamos de nuestras familias… Y al final… ¿Que fue lo que quedó? ¿Cuáles eran los principios que se defendían? ¿Cuál era el futuro que se proyectaba? ¿Qué país nos queda en esa batalla?
Solo escombros de una visión que se desarmó, un país dividido, sueños quebrados, caos y una espesa neblina impidiendo ver dos pasos más allá de donde nos situamos.  Hoy, pareciera no ser tarde para darnos cuenta que queremos un futuro, pero que debemos planificarlo desde ahora, que un estado no se hace con pequeños procesos dispersos de cuatro años, una patria se plantea a través de los años, con metas, con objetivos y de ninguna manera debemos creer que con la altanería, el avasallamiento y el desprecio hacia la opinión del otro algo bueno se podrá construir sino serán miles y miles de kilómetros  de destrucción, no solo desde lo material sino también de nobles ideales a los que quizás no les estamos dando la oportunidad de desarrollarse…
Por todo esto pido el esfuerzo de entender nuestro rol como ciudadanos, la posibilidad de elegir no es algo tan trivial y cada uno de nuestros votos encierra lo que deseamos ver el día de mañana en la patria que amamos. Pensemos qué país queremos, pensémoslo para nosotros y para quien venga detrás nuestro, porque un proyecto puede nacer, pero para que sea real y posible debe trascender a las personas y no sustentarse en una única figura que dejará sin respuestas a quienes decidieron seguirla sin pensar. Este es el desafío que tenemos por delante, no solo dependerá de nosotros, en el camino serán miles los obstáculos que encontraremos pero no queda margen para seguir especulando, no podremos recuperar este tiempo que estará en nosotros aprovechar o simple y mundanamente dejarlo pasar…

viernes, 24 de mayo de 2013

Cientos de Enemigos



El mundo de las inseguridades pareciera ser abordado en múltiples ocasiones y por diversos autores, en donde cada uno expondrá de acuerdo a su manera de ver y sentir la influencia de estas flaquezas ¿espirituales? en la personalidad de cada uno y en la manera de desenvolverse. Pero hay muchos tipos de inseguridades, muchas veces vinculadas con igual número de personas, pero el desarrollo extendido de cada una sería inagotable y dejaría de manera muy clara mi total desconocimiento del tema, por eso me permitiré hacer referencia a una situación por demás particular.
         Creo no estar equivocado al afirmar que es la primera vez que voy a referirme a un tema vinculado con las relaciones o las búsquedas de conquistas (lamentablemente debo enfocarme con más ahínco en las malas experiencias que puedan surgir de estos intentos). Miles y miles serán las frases, consejos y revelaciones que se habrán intentado y volcado en infinitos libros, en su mayoría carentes de función alguna. Es por ello que trataré de no caer en los facilismos y las redundancias que de manera constante nos envuelven en empalagosos sabores de dudosa procedencia.
          Pero entiendo que ya ha sido suficiente justificación, a veces uno tiene la impresión que al hablar de temas vinculados con los sentimientos puede recaer en trivialidades, en golpes bajos o en sentimentalismos de escasa inspiración, en consecuencia, me sentí en la obligación de resguardarme vaya a saber uno por qué.
            La forma o los mecanismos de conquista varían de acuerdo a la persona y a las armas que cada uno posee, dentro de esas limitaciones, las cuales no podemos más que adjudicarlas a errores de confección de Dios al recaer en una equivocación genética o en el absoluto mérito de nuestros padres. En base a esto se conforma la personalidad del inseguro conquistador. Este personaje que para muchos y muchas generará un sinfín de sentimientos mezcla de la compasión y la ternura, ese ser desdichado y sufrido pero tan gentil de alma y corazón. En su triste y melancólico pasar tiene la ingenua idea de enamorarse, en primer término de una mujer en pareja. Esta situación lejos de ser un problema no es más que un refugio en donde pueden resguardarse las más oscuras frustraciones. ¿Pero qué sucede al momento en que esta dama se inmiscuye en los rumbos de la libertad amatoria? En ese preciso instante es que ese mundo ya plagado de incertidumbres pareciera multiplicarse haciendo existente un campo que carece de límites. Es decir, lejos de la inmensa algarabía que esta situación pudiera generar, todo lo contrario pareciera volcarse en el alma de este quijote. Y esto ocurre por diversas razones. Como primer punto, el amar a una mujer en pareja posibilita enfocar el odio y la desdicha en una sola persona, al desaparecer este factor esencial, el campo de enemigos cobra una multiplicidad que lejos de ser previsible, termina por transformarse en un infinito desierto de posibles competidores que, desde el punto de vista de quien lejos esta de considerarse un Don Juan, se torna inabarcable.
          La contienda lleva a que cada gesto de simpatía de la mujer amada llame a una incontrolable furia contra aquel guerrero sediento de la sangre de nuestra princesa encarcelada. Uno termina recayendo en el peor de los actos, buscará por cualquier medio defenestrar en la conciencia de la mujer la personalidad del competidor, no se limitarán los medios ni las frases en pos de tan bajo fin, todo aquel que busque acercamiento alguno caerá en la peor de las humillaciones y si es posible en el escarnio público jamás pergeñado.
         Primer frase trillada del escrito, en el amor y la guerra todo vale, pero tengo que aceptar que es perfectamente cierto. Muchas veces nos encontramos hundidos en las peores humillaciones, sin la mínima búsqueda de salvaguardar un ápice de nuestra dignidad en pos de la ínfima atención de nuestra presa (pido perdón por esta calificación). Llegaremos incluso a rogar por algún gesto de cariño, por una sonrisa sincera, y desconozco al nivel que se pueda llegar por la obtención de un beso.
           Todo pareciera ser útil, nuestra creatividad se pone espalda con espalda a nuestra par en el complejo entramado de acciones, en un alto porcentaje inútiles. Sabemos a que batalla nos enfrentamos, sabemos que la guerra es larga, que nos encontraremos varias veces de rodillas ante embates tales como aquel carilindo ocasional que en su trabado esfuerzo por hilvanar dos palabras seguidas desenfundará cual arma de destrucción masiva un promisorio abdomen colmado de imperfecciones, ya que de ningún modo aceptaremos que esas especies de parcelas cercadas nos inhiban a emprender un feroz contraataque. Pero en ese momento, en donde los ojos de nuestra amada han quedado hipnotizados solo nos resta retirarnos, sabiendo cuáles son nuestras armas y teniendo perfectamente en claro que nuestro cuerpo no es una de ellas.
            El ingenio siempre es valorado, la respuesta rápida, la frase oportuna, las risas magnificadas llamarán por demás la atención de todos… De todos aquellos que no nos interesan, corremos el riesgo de transformarnos en aquel divertido compañero, ese ser incondicional carente de sexualidad y que servirá de inminente refugio ante las desdichas, seremos receptores de cantidades de abrazos que tienen como única finalidad descifrar el motivo del rechazo de aquel heraldo al cual le deseamos el peor de los finales.
      Podemos seguir con millones de supuestos y teorías, elucubraciones y deseos; pero siempre terminaremos en la clara y contundente conclusión que nunca encontraremos fórmula alguna que nos permita asegurar tan anhelada victoria… esa victoria donde las armas de los combatientes se ponen en alto ante un grito furioso de triunfo y agonía, porque esas heridas sufridas se pierden en las lágrimas de la emoción que renace del corazón salvaje y bravío de la pasión de llegar a ella. Porque en nuestra vida no existe pasado, presente ni futuro, solo podemos rendir pleitesías ante nuestra diosa Eterna, nuestro ser amado.
          Y en el final de estas absurdas palabras no puedo dar por concreta ninguna afirmación, no puedo ilustrar el negro paladar de los estoicos guerreros, solo llego a la conclusión que todo servirá para lograr o para frustrar, pero siempre y por siempre todo esfuerzo habrá valido la pena…