sábado, 9 de noviembre de 2013

Puntos de Vista

Luchas interminables, derivadas en conflicto trascendental para la vida de algunos, de varios, de muchos de acuerdo a quien lo vea o los beneficios que estén en juego. Unos acusan a otros de darse vuelta mientras que aquellos reivindican lo que criticaran hace pocos días atrás. Qué raro pareciera ser todo en este país, como cambian los pensamientos siempre manejados a conveniencia del mejor postor.
          
Todo el mundo pendiente de un fallo que ubicará a la Corte en distintos lugares. Pactos espurios, de una corte independiente o una sojuzgada por el Gobierno o por los poderes económicos concentrados (definición muy utilizada por el sector más recalcitrante del mundo virtual oficialista).
En el medio de todo esto una operación de la que también surgen millones de teorías, de supuestos, de nuevas enfermedades, incluso de supuesta muerte y resurrección, dije resurrección no re-re-re-re-reelección. Caída de una tormenta los aduladores de siempre, haciendo de esto una epopeya en donde su líder batalla contra todos los males y los imperios que buscan destruirla, instalan una figura impoluta donde el pecado y los vicios solo se desplazarán en su entorno pero sin manchar jamás su imagen. Raro ¿no?, manejar en los más altos cargos figuras ilusorias, posturas insostenibles y relatos impracticables.

Pareciera que tenemos la obligación de ponernos de un lado de la historia, pero antes que eso, surge un análisis que considero incluso más importante que cualquier otro, o quizá solo pueda encolumnarse en el lugar de simple apreciación. El foco está centrado en si esta bendita ley tiene como principal motivo de ser destruir a un grupo de medios, pero ¿resulta eso algo importante o relevante? Desde ya que no pasará inadvertido por su influencia en el mapa mediático con el que cuenta hoy la Argentina, pero el punto de inflexión es analizar si esta ley es buena, es aplicable, es justa y es beneficiosa para la sociedad en la que vivimos. Entonces, ¿importa el motivo que llevó a la conformación y votación de la misma? Creo de manera total que no, el estímulo para su redacción pasa a ser anecdótico, porque al fin y al cabo lo que quedará es esa ley, lo que la incitó podrá desfigurarse con el correr del tiempo e incluso vivir en las cercanías de leyendas urbanas mas que en hechos concretos que así lo atestigüen.

Bien, un tema de fondo ya fue expresado, claro o no, dependerá de quien lo analice. Ahora, el tema determinante una vez establecida la constitucionalidad de los artículos conflictivos es la aplicación de la ley. Esto toma un carácter tan importante como la ley misma, este proceso no es irrelevante como lo era el motivo fundador de la norma. Aquí es donde nosotros como ciudadanos, en especial los que militamos en algún partido pero fundamentalmente los políticos, los que estén ocupando un cargo actualmente o no; deben prestar un profundo seguimiento del proceder en la aplicación de la normativa. Conocemos ciertos manejos o mecanismos que utilizan los sectores mas cercanos y el gobierno en si, no pretendo hacer de este escrito una búsqueda de establecer o de querer sugerir alguna falta de libertad de expresión porque considero que no se sucede en estos tiempos; pero  resulta determinante evitar y resaltar cualquier abuso o decisión parcial que se pueda tomar por parte del organismo de aplicación.

Aquí surge el tercer punto que se ha venido fijando en estas últimas semanas sobre la parcialidad por parte de quien esta comandando el AFSCA. Esta por demás explícito que Martín Sabbatella forma parte del brazo del Frente para la Victoria, entonces desde que lugar podrá establecer la legitimidad de los planes de adecuación sin tener cierto prejuicio ante los embates de los medios opositores. Empiezo a dudar de su capacidad para discernir, cuando recientemente ante una muy interesante entrevista de María O`Donell expresaba con total seriedad que canal 7 era plural y que los políticos opositores al gobierno podían expresarse libremente en este canal, además de resaltar que 678 solo muestra una opinión y  no actúa de manera despectiva y agresiva con cualquiera que cometa la osadía de no estar de acuerdo con el accionar de la presidente de la nación y todo su séquito.

Por eso quiero dejar bien en claro mi posición, creo que era necesaria una ley de medios en virtud de la antigüedad que revestía la anteriormente vigente, afirmo que el motivo que la generó no es de los mas nobles pero esa motivación no es determinante si el resultado es una normativa positiva. Pero creo, afirmo y ruego que pongamos fuerte foco en como será llevada a cabo la puesta en marcha de esta ley, no podemos darnos el lujo de permitir que una sola mirada del país se imponga, permitiendo tergiversar todos los temas y los hechos que se suceden. No quiero solo la visión de pagina 12 o de 678, tampoco quiero que Clarín decida por encima de mis deseos. No quiero pasar de un “monopolio privado” a otro manejado por el gobierno, quiero mas voces pero de todos los sectores no solo de los afines. ¿Será mucho pedir? Lo único que se y que remarco es que si bien uno solo no podrá hacer grandes cambios debemos estar atentos al camino que pueda tomar este país en cuanto a los medios de comunicación y que el acceso a la información es fundamental para comprender lo que pasa en nuestro entorno, para saber el futuro que buscamos y determinante a la hora de decidir quien queremos que dirija el destino de nuestra patria. Solo el tiempo nos permitirá saber que cambios se darán y el único deseo que me abraza es creer fervientemente que todos podremos seguir expresándonos con las ideas que tengamos y con la visión que pensemos sin el mas mínimo temor de represalias que nos puedan caer, este es el camino para crecer, escuchando las diferencias, debatiendo las ideas y construyendo probablemente un país mejor. Tolerancia señores, esta patria es de todos no solo de quienes están en el poder (que cada uno interprete lo que significa y quien tiene el poder)...

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