Luchas
interminables, derivadas en conflicto trascendental para la vida de algunos, de
varios, de muchos de acuerdo a quien lo vea o los beneficios que estén en
juego. Unos acusan a otros de darse vuelta mientras que aquellos reivindican lo
que criticaran hace pocos días atrás. Qué raro pareciera ser todo en este país,
como cambian los pensamientos siempre manejados a conveniencia del mejor
postor.
Todo el mundo pendiente de un
fallo que ubicará a la Corte en distintos lugares. Pactos espurios, de una
corte independiente o una sojuzgada por el Gobierno o por los poderes
económicos concentrados (definición muy utilizada por el sector más
recalcitrante del mundo virtual oficialista).
En el medio de todo esto una
operación de la que también surgen millones de teorías, de supuestos, de nuevas
enfermedades, incluso de supuesta muerte y resurrección, dije resurrección no
re-re-re-re-reelección. Caída de una tormenta los aduladores de siempre,
haciendo de esto una epopeya en donde su líder batalla contra todos los males y
los imperios que buscan destruirla, instalan una figura impoluta donde el
pecado y los vicios solo se desplazarán en su entorno pero sin manchar jamás su
imagen. Raro ¿no?, manejar en los más altos cargos figuras ilusorias, posturas
insostenibles y relatos impracticables.
Pareciera que tenemos la
obligación de ponernos de un lado de la historia, pero antes que eso, surge un
análisis que considero incluso más importante que cualquier otro, o quizá solo
pueda encolumnarse en el lugar de simple apreciación. El foco está centrado en
si esta bendita ley tiene como principal motivo de ser destruir a un grupo de
medios, pero ¿resulta eso algo importante o relevante? Desde ya que no pasará
inadvertido por su influencia en el mapa mediático con el que cuenta hoy la Argentina , pero el punto
de inflexión es analizar si esta ley es buena, es aplicable, es justa y es
beneficiosa para la sociedad en la que vivimos. Entonces, ¿importa el motivo
que llevó a la conformación y votación de la misma? Creo de manera total que
no, el estímulo para su redacción pasa a ser anecdótico, porque al fin y al
cabo lo que quedará es esa ley, lo que la incitó podrá desfigurarse con el
correr del tiempo e incluso vivir en las cercanías de leyendas urbanas mas que
en hechos concretos que así lo atestigüen.
Bien, un tema de fondo ya fue
expresado, claro o no, dependerá de quien lo analice. Ahora, el tema
determinante una vez establecida la constitucionalidad de los artículos
conflictivos es la aplicación de la ley. Esto toma un carácter tan importante
como la ley misma, este proceso no es irrelevante como lo era el motivo
fundador de la norma. Aquí es donde nosotros como ciudadanos, en especial los
que militamos en algún partido pero fundamentalmente los políticos, los que
estén ocupando un cargo actualmente o no; deben prestar un profundo seguimiento
del proceder en la aplicación de la normativa. Conocemos ciertos manejos o
mecanismos que utilizan los sectores mas cercanos y el gobierno en si, no
pretendo hacer de este escrito una búsqueda de establecer o de querer sugerir
alguna falta de libertad de expresión porque considero que no se sucede en
estos tiempos; pero resulta determinante
evitar y resaltar cualquier abuso o decisión parcial que se pueda tomar por
parte del organismo de aplicación.
Aquí surge el tercer punto que
se ha venido fijando en estas últimas semanas sobre la parcialidad por parte de
quien esta comandando el AFSCA. Esta por demás explícito que Martín Sabbatella
forma parte del brazo del Frente para la Victoria , entonces desde que lugar podrá
establecer la legitimidad de los planes de adecuación sin tener cierto
prejuicio ante los embates de los medios opositores. Empiezo a dudar de su
capacidad para discernir, cuando recientemente ante una muy interesante
entrevista de María O`Donell expresaba con total seriedad que canal 7 era
plural y que los políticos opositores al gobierno podían expresarse libremente
en este canal, además de resaltar que 678 solo muestra una opinión y no actúa de manera despectiva y agresiva con
cualquiera que cometa la osadía de no estar de acuerdo con el accionar de la
presidente de la nación y todo su séquito.
Por eso quiero dejar bien en
claro mi posición, creo que era necesaria una ley de medios en virtud de la
antigüedad que revestía la anteriormente vigente, afirmo que el motivo que la
generó no es de los mas nobles pero esa motivación no es determinante si el
resultado es una normativa positiva. Pero creo, afirmo y ruego que pongamos
fuerte foco en como será llevada a cabo la puesta en marcha de esta ley, no
podemos darnos el lujo de permitir que una sola mirada del país se imponga,
permitiendo tergiversar todos los temas y los hechos que se suceden. No quiero
solo la visión de pagina 12 o de 678, tampoco quiero que Clarín decida por
encima de mis deseos. No quiero pasar de un “monopolio privado” a otro manejado
por el gobierno, quiero mas voces pero de todos los sectores no solo de los
afines. ¿Será mucho pedir? Lo único que se y que remarco es que si bien uno
solo no podrá hacer grandes cambios debemos estar atentos al camino que pueda
tomar este país en cuanto a los medios de comunicación y que el acceso a la
información es fundamental para comprender lo que pasa en nuestro entorno, para
saber el futuro que buscamos y determinante a la hora de decidir quien queremos
que dirija el destino de nuestra patria. Solo el tiempo nos permitirá saber que
cambios se darán y el único deseo que me abraza es creer fervientemente que
todos podremos seguir expresándonos con las ideas que tengamos y con la visión
que pensemos sin el mas mínimo temor de represalias que nos puedan caer, este
es el camino para crecer, escuchando las diferencias, debatiendo las ideas y
construyendo probablemente un país mejor. Tolerancia señores, esta patria es de
todos no solo de quienes están en el poder (que cada uno interprete lo que
significa y quien tiene el poder)...
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